Hace un par de semanas, Loreto, una compañera de trabajo me comentaba que la asociación de comerciantes de su barrio iba a organizar un concurso de tartas, que porqué no me presentaba. Había dos categorías, mejor sabor y mejor presentación y aunque el premio no era un viaje al caribe para dos, pues tampoco era una caña con tapa de calamares.
Mi mayor problema, como es habitual, era la falta de tiempo para pensar el diseño de la tarta y también para hacerla (aún no he encontrado ninguna tienda en la que vendan días de 36 horas), pero después de pensármelo unos días me animé.
También hay que decir, que a la decisión, contribuyeron todos los compis de la empresa (y alguno que no es de la empresa), que a fuerza de hacerles probar gran parte de mis experimentos y de enseñarles lo que hago, me animan un montón (ellos son los culpables del blog).
Ya sólo faltaba inscribirme...lo que había que hacer en uno de los establecimientos que pertenecen a la asociación. Como yo no vivo en Navia, pedí a una amiga que sí vive allí que me hiciera el favor y me inscribiera. La verdad es que parece algo fácil pero no lo fue tanto. Sus horarios de trabajo no son compatibles con los de la mayoría de los establecimientos de su zona, con lo que la inscripción quedó aplazada hasta el fin de semana pasado, pero entre recaditos, compras para rellenar la nevera y el partido Barça-Madrid, a todos se nos pasó el día y nadie se volvió a acordar de la inscripción.
El pasado miércoles, le mando un mensaje a mi amiga para preguntarle si había tenido oportunidad de anotarme y me contesta que se le había pasado totalmente, pero esa tarde, se pasaría por alguna de las cafeterías de los bajos de su casa para hacerlo.
Por la noche, me llama y me dice que allí no saben nada de nada de un concurso, que le diga el nombre de otro sitio que pertenezca a la asociación para intentarlo al día siguiente... pero le volvió a pasar lo mismo, tampoco tenían idea.
Vamos, que es jueves por la noche y como es de suponer, si no estoy inscrita, no me voy a poner a hacer una tarta para comérmela yo solita, porque en mi casa lo único que se comen son las galletas y la tarta de queso.
Empiezo a hacerme a la idea de pasar de todo, aunque decido hacer un último intento el viernes por la mañana. Busco de nuevo los locales de la asociación y llamo a uno de ellos por teléfono... y por fin, doy con una chica muy amable que me dice que si quiero, ella me coge los datos por teléfono porque a las dos de la tarde se acaba el plazo de inscripción. Así que, casi a última hora de todo, consigo anotarme.
Y la cosa no acaba aquí. Yo trabajo hasta las dos de la tarde, después hay que llegar a casa, comer y empaquetar las cosas de los niños para que vayan a clase de natación, momento a partir del cual que quedo en casa sola y puedo empezar a prepararlo todo... es decir, bizcocho, relleno, fondant (porque el industrial no me gusta y el que tengo hecho no me llega para la tarta), preparar la base, etc.
Así que empiezo la tarta aproximadamente a las cuatro, cuando consigo echar a toda mi familia de casa. Cualquiera que haya hecho algunavez este tipo de tartas sabe lo que eso significa, sobre todo si quieres hacer algo un poco vistoso y que tiene que estar finalizado antes de las cinco del día siguiente.
Pero lo conseguí, es más, acabé a las tres y media de la tarde... aunque con tan poco tiempo de secado, seguí rezando para que no se cayera nada de su sitio hasta que llegamos a Navia.
Había muchísima gente, tanto de público como presentándose a concurso, después me dijeron que había 115 participantes. Siento mucho no poder poner fotos del resto de los participantes, pero salí sin la cámara y el bolso con el móvil lo tenía mi marido.
Tartas decoradas con fondant había unas poquitas, alguna muy bonita y muy bien hecha, después mucha tarta de queso, tres chocolates, tiramisú, tarta de almendra, un "pie" de fresas que olía de muerte, y muchas cosas más.
Después de un empacho de probar y valorar todas las tartas y su presentación, las tres jueces decidieron que la tarta a mejor sabor era una tarta (debo decir que no llegué a probarla) que parecía una tarta tres chocolates, pero por lo que oí, la capa de chocolate blanco no era chocolate sino de queso con fresas laminadas.
Y la tarta que consiguió el premio a mejor presentación... chachachán, redoble de tambores... fue la mía.
Como he dicho, no puedo poner fotos de las otras tartas porque no tenía cámara, pero tengo las que hice en casa antes de salir para que veáis la mia.
Mi mayor problema, como es habitual, era la falta de tiempo para pensar el diseño de la tarta y también para hacerla (aún no he encontrado ninguna tienda en la que vendan días de 36 horas), pero después de pensármelo unos días me animé.
También hay que decir, que a la decisión, contribuyeron todos los compis de la empresa (y alguno que no es de la empresa), que a fuerza de hacerles probar gran parte de mis experimentos y de enseñarles lo que hago, me animan un montón (ellos son los culpables del blog).
Ya sólo faltaba inscribirme...lo que había que hacer en uno de los establecimientos que pertenecen a la asociación. Como yo no vivo en Navia, pedí a una amiga que sí vive allí que me hiciera el favor y me inscribiera. La verdad es que parece algo fácil pero no lo fue tanto. Sus horarios de trabajo no son compatibles con los de la mayoría de los establecimientos de su zona, con lo que la inscripción quedó aplazada hasta el fin de semana pasado, pero entre recaditos, compras para rellenar la nevera y el partido Barça-Madrid, a todos se nos pasó el día y nadie se volvió a acordar de la inscripción.
El pasado miércoles, le mando un mensaje a mi amiga para preguntarle si había tenido oportunidad de anotarme y me contesta que se le había pasado totalmente, pero esa tarde, se pasaría por alguna de las cafeterías de los bajos de su casa para hacerlo.
Por la noche, me llama y me dice que allí no saben nada de nada de un concurso, que le diga el nombre de otro sitio que pertenezca a la asociación para intentarlo al día siguiente... pero le volvió a pasar lo mismo, tampoco tenían idea.
Vamos, que es jueves por la noche y como es de suponer, si no estoy inscrita, no me voy a poner a hacer una tarta para comérmela yo solita, porque en mi casa lo único que se comen son las galletas y la tarta de queso.
Empiezo a hacerme a la idea de pasar de todo, aunque decido hacer un último intento el viernes por la mañana. Busco de nuevo los locales de la asociación y llamo a uno de ellos por teléfono... y por fin, doy con una chica muy amable que me dice que si quiero, ella me coge los datos por teléfono porque a las dos de la tarde se acaba el plazo de inscripción. Así que, casi a última hora de todo, consigo anotarme.
Y la cosa no acaba aquí. Yo trabajo hasta las dos de la tarde, después hay que llegar a casa, comer y empaquetar las cosas de los niños para que vayan a clase de natación, momento a partir del cual que quedo en casa sola y puedo empezar a prepararlo todo... es decir, bizcocho, relleno, fondant (porque el industrial no me gusta y el que tengo hecho no me llega para la tarta), preparar la base, etc.
Así que empiezo la tarta aproximadamente a las cuatro, cuando consigo echar a toda mi familia de casa. Cualquiera que haya hecho algunavez este tipo de tartas sabe lo que eso significa, sobre todo si quieres hacer algo un poco vistoso y que tiene que estar finalizado antes de las cinco del día siguiente.
Pero lo conseguí, es más, acabé a las tres y media de la tarde... aunque con tan poco tiempo de secado, seguí rezando para que no se cayera nada de su sitio hasta que llegamos a Navia.
Había muchísima gente, tanto de público como presentándose a concurso, después me dijeron que había 115 participantes. Siento mucho no poder poner fotos del resto de los participantes, pero salí sin la cámara y el bolso con el móvil lo tenía mi marido.
Tartas decoradas con fondant había unas poquitas, alguna muy bonita y muy bien hecha, después mucha tarta de queso, tres chocolates, tiramisú, tarta de almendra, un "pie" de fresas que olía de muerte, y muchas cosas más.
Después de un empacho de probar y valorar todas las tartas y su presentación, las tres jueces decidieron que la tarta a mejor sabor era una tarta (debo decir que no llegué a probarla) que parecía una tarta tres chocolates, pero por lo que oí, la capa de chocolate blanco no era chocolate sino de queso con fresas laminadas.
Y la tarta que consiguió el premio a mejor presentación... chachachán, redoble de tambores... fue la mía.
Como he dicho, no puedo poner fotos de las otras tartas porque no tenía cámara, pero tengo las que hice en casa antes de salir para que veáis la mia.
Esta tarta está inspirada en una que participó en una convención estatal de Sugar Art en los EEUU; cuando la ví, me encantó la idea y esperaba tener alguna ocasión para hacer algo parecido.. ya que podía hacer lo que quisiera, que mejor ocasión que ésta.
Los detalles de las flores son pintados con colorantes y algunas matizadas con glacé real.
La rosa está hecha con pastillaje en lugar de pasta de goma que es lo habitual, porque el pastillaje se seca enseguida, en cambio la goma tarda unos cuantos días... que no tenía. Las mariposas de encima son también de pastillaje, aunque sólo llegó una a la mesa del concurso. La otra salió volando. Se ve que no recé lo suficente como para que todo permaneciera en su sitio. Las perlas también son de pastillaje.
Esta es la parte trasera.
Aquí se ve la base cubierta con fondant y decorada con un encaje hecho a base de glacé real.
Muchas gracias a todos los que estuvísteis allí dando ánimos.
Si consigo alguna foto del concurso la colgaré para que veáis alguna de las tartas participantes.
En la página de facebook podéis ver un video de la mesa con las tartas y del ambiente que había.
Y en este enlace un video más detallado de los participantes y del reparto de tarta: