Una compañera de trabajo cumplía años y quería una tarta para compartir con los compañeros, y otra para la celebración con la familia.
Cuando llegó por la mañana y le entregué las dos tartas, lo primero que dijo fue que al que se le ocurriera tocarlas, le cortaba la mano. Creo que el tener a media oficina desfilando por delante de su mesa, esperando a ver cuando se levantaba la veda, le ayudó a mentalizarse de que o la cortaba ella o en cuanto se diera la vuelta, alguien le clavaría el cuchillo.
Y esta es la de la celebración familiar. La decoración de encima, es una aportación de la "cumpleañera", haciendo un juego con las letras de su nombre y los años que cumplía.
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